
La última palabra pues queda reservada a la oración.
No especulemos sobre el infierno.
No hagamos tampoco una doctrina de salvación universal.
Oremos para que todos se salven.
"Nadie se salva solo -escribía Péguy-. No se entra solo en la casa del Padre. Nos damos la mano. El pecador da la mano al santo y el santo da la mano a Jesús".
Olivier Clément, Aproximación a la oración
[Imagen: retrato de Michelle Demeulenaere]
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