¿Y qué es necesario para salvarse sino saberse condenado y no desesperar? Más profundo que el infierno es Cristo, vencedor del infierno.
La última palabra pues queda reservada a la oración.
No especulemos sobre el infierno.
No hagamos tampoco una doctrina de salvación universal.
Oremos para que todos se salven.
"Nadie se salva solo -escribía Péguy-. No se entra solo en la casa del Padre. Nos damos la mano. El pecador da la mano al santo y el santo da la mano a Jesús".
Olivier Clément, Aproximación a la oración
[Imagen: retrato de Michelle Demeulenaere]
El presente blog es obra de un cristiano ortodoxo. Por tanto, aunque su pretensión última es la de dar a conocer la fe de la Iglesia Ortodoxa y, por extensión, todo lo relativo a la Ortodoxia Cristiana en el ámbito, principalmente, de la comunidad iberoamericana e hispanohablante (inserta mayoritariamente en la tradición católica), muchos de los textos estarán inevitablemente tamizados por la perspectiva personal -y "experiencial"- del autor. (12/9/05)
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