A propósito de la posición de Europa frente a Turquía, el Patriarca afirmó que "Europa recuerda constantemente a Turquía sus obligaciones de respetar los derechos de las minorías, sobre todo religiosas, y generalmente de respetar los derechos del hombre".
El Patriarca declaró a continuación: "La Ciudad y nuestro Patriarcado han sido calificados de matriz espiritual de nuestra nación. Todos nosotros somos nacidos espiritualmente de la Iglesia de Constantinopla, esta Iglesia mártir que, con la gracia de Dios, supera cada vez las dificultades, los problemas, sobrevive y prosigue con su testimonio tanto hacia aquellos que están próximos ocmo hacia los que están lejos".
Al final de su alocución, el Patriarca evocó una vez más los grandes problemas del Patriarcado: "El hecho de que la Iglesia madre lleva su cruz y pasa a través de los siglos, esto forma parte de los designios, de la voluntad de Dios, como diría el apóstol Pablo `en la mala y en la buena reputación, tenidos por impostores y sin embargo veraces´. Para nosotros, en tanto que Iglesia madre, en tanto que Patriarcado Ecuménico, hay altos y bajos: el lado positivo, son los movimientos de impulso, de elevación; por el contrario, desgraciadamente, tenemos también muy a menudo grandes contrariedades".
[Fuentes: original, Romfea.gr; traducido de Orthodoxie]
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