Los
peritajes realizados en
Rusia,
Austria y
Estados Unidos confirman que los
restos óseos hallados el año pasado en los
Urales pertenecen, con casi toda seguridad, a
dos de los hijos -el zarevich Alexéi y la princesa María-
de
Nicolás II, el último
zar de Rusia, asesinado junto a su familia por los bolcheviques en 1918.

La
Casa Imperial Rusa reiteró inmediatamente que reconocerá la autenticidad de esos restos si así lo hace la
Iglesia Ortodoxa Rusa, según indicó a la agencia Interfax Alexandr Zakátov, jefe de la cancillería de la Gran Duquesa María Románova, residente en España.
La Iglesia Ortodoxa Rusa no ha reconocido todavía la autenticidad de todos los restos encontrados, según apuntan los indicios, a la familia real rusa; pero las últimas pruebas han despertado esperanzas en el seno de la Iglesia:
"Aún es temprano para sacar conclusiones, pero, si se consigue establecer la autenticidad de esas osamentas, quedará resuelto uno de los principales problemas que impedían que la Iglesia reconociera los restos anteriores", declaró el
arcipreste Gueorgui Mitrofánov, miembro de la Comisión Sinodal del Patriarcado.
[Fuente: Terra Actualidad-Efe]
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