
En el momento de la reunión del Consejo Ejecutivo de la UNESCO en París, Jeremic subrayó que todos los intentos de saquear, de profanar y de aniquilar el patrimonio que otras personas edificaron con anterioridad, tratando de reescribir una nueva historia sobre las ruinas del pasado, debían ser severamente castigadas.
Recordó que la naturaleza fanática de tales tentativas de destrucción debía ser claramente identificada. Son pruebas escandalosas del "exterminio cultural". Añadió que ello constituía una sombría y fea realidad en Kosovo que ensucia todos los objetivos democráticos alcanzados en los Balcanes occidentales.
"Ningún pueblo puede construir un nuevo futuro sobre las ruinas del pasado", resaltó el Ministro y añadió que "la defensa y la preservación del patrimonio cultural de la humanidad es el deber de todos nosotros, ya que esta misma herencia representa la base misma de la identidad y del desarrollo, un arma de reconciliación y un instrumento de la paz".
Según sus palabras, estos últimos ocho años los extremistas albaneses en Kosovo destruyeron más de 150 monasterios e iglesias, de las cuales una gran mayoría datan del siglo XIV, y que solamente durante los progromos de marzo de 2004 fueron incendiadas treinta y cinco iglesias y monasterios.
El ministro Jeremic declaró que "una centena de otros lugares de culto peligraban, como ha afirmado la UNESCO y su oficina para la herencia mundial" y que "Serbia agradecía la comprensión que muestra la UNESCO a este respecto".
Jeremic agradeció, también, al Director General de la UNESCO, Koichiro Matsura, a Italia, a Grecia, a la República Checa, así como al Consejo de Europa, sus esfuerzos por restaurar y salvaguardar el patrimonio cultural serbio de Kosovo... (...)
[Fuente original: Sitio web oficial de la Iglesia Ortodoxa Serbia]
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