domingo, septiembre 09, 2007

REGLAS PARA LA ORACIÓN

En directa relación con la anterior entrada (el cordón de oración) y en cumplimiento de la propuesta que hice hace días de traducir alguno de los contenidos de la página web brasileña del mismo nombre: "El Cordón de Oración de la Iglesia Ortodoxa", introduzco hoy la traducción del apartado dedicado a las reglas de la oración.

Aprovecho ya para informar de que he añadido un enlace más relacionado con la temática de la oración y, con mayor concreción, de la "Oración del Nombre de Jesús" -u oración del corazón- y el hesicasmo. Se trata del sitio web italiano "Esicasmo", que tal vez pase por ser una de las páginas más completas sobre la centralidad de la oración en la vida ascética. La mayoría de los textos están obviamente en italiano, pero también los hay en otros idiomas (inglés, francés, alemán y, en menor medida, castellano). Con el tiempo introduciré en "De Ortodoxia" algunas traducciones de sus interesantes contenidos.


***


Sobre las reglas de la oración


Esta sección tiene por objetivo presentar al lector las reglas de oración clásicas, ya utilizadas hace muchos siglos por los Padres Espirituales de la Iglesia Ortodoxa con cierta frecuencia.

Para ello es necesario recordar que una regla de oración ideal es aquella prescrita individualmente por el padre espiritual del fiel orante. Vale la pena que se haga todo esfuerzo posible para encontrar un padre espiritual que pueda atender las necesidades del fiel, no importando o cuán distante esté él, o cuán difícil pueda ser estar en contacto con él frecuentemente.

Las reglas aquí son ilustrativas y recomendamos la búsqueda de un padre espiritual que pueda dar toda la asistencia necesaria a la vida espiritual del orante.


Regla básica: Oraciones básicas


Al utilizar el cordón de oración ortodoxo, algunas oraciones deben de estar presentes en nuestra memoria para poder realizar toda la oración del cordón sin interrupciones y sin perder la concentración.

1ª – La Oración de Jesús.

“¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!”

2ª – Súplica a la Madre de Dios.

“¡Madre de Dios, intercede por mí, pecador!”

3ª – Trisagio (i.e. Tres veces santo).

“¡Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros!” (tres veces)

4ª – Doxología.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

5ª – La Oración del Señor (Padre Nuestro).

Padre nuestro que estás en el Cielo
Santificado sea tu nombre
Venga a nosotros tu reino
Hágase tu voluntad
Así en la tierra como en el Cielo

El pan nuestro de cada día dánosle hoy
Perdona nuestras deudas
Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores
No nos dejes caer en la tentación
Más líbranos del mal

Porque tuyo es el Reino, tuyos el Poder y la Gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

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Una vez memorizadas estas oraciones básicas, tomemos como meta la oración diaria. Ella puede ser corta o larga, de acuerdo con las posibilidades del tiempo o del deseo del orante. Estipule una meta diaria de cuántas oraciones serán realizadas y en qué periodos del día.

Para comenzar, no establezca un número muy alto de oraciones. Apenas cien oraciones son suficientes y pueden ser llevadas a cabo en veinte minutos.

Tome su cordón y comience presionando la cruz y persignándose. Pase al nudo mayor del cordón y comience el periodo de oración de la siguiente manera:

¡Gloria a Ti, oh Señor Dios Nuestro, Gloria a Ti!
¡Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y guárdanos, oh Dios, por Tu Gracia!


Enseguida, rece la Oración del Señor (Padre Nuestro).

Pasando al primer nudo de su cordón, comience las Oraciones de Jesús, una por cada nudo.

En los divisores, rece la Súplica a la Madre de Dios.

Al acabar el número de Oraciones de Jesús establecido, acabe el cordón con el Trisagio y la Doxología. Persígnese nuevamente y medite un poco sobre la oración realizada.

Mantenga su regla de oración del mismo modo, intentando mantener siempre el mismo horario. En los días en que no pueda conseguir llevar a cabo su regla, actualícese en el día siguiente, rezando el doble.


Regla de Oración de San Juan Crisóstomo


Esta es una regla simple y directa, mas necesita de una buena memorización y cierta disponibilidad de tiempo.

San Juan Crisóstomo, autor de la Divina Liturgia hoy practicada por las Iglesias ortodoxas en todo el mundo, dejó un conjunto de oraciones para ser rezadas a cada hora del día y de la noche. Esta regla consiste en rezar un cordón por hora, con la oración correspondiente.

Está claro que el orante no precisa estar despierto las veinticuatro horas del día, pero puede mantener las oraciones durante el día en los periodos en que esté despierto y, en las horas en que el sueño no se presenta, seguir con las oraciones hora a hora.

Basta recitar a cada hora un cordón completo con la oración correspondiente, tal como sigue:

1. Oh Señor, no me prives de Tu Bendición Celestial.
2. Oh Señor, líbrame del tormento eterno.
3. Oh Señor, si yo pequé por pensamientos, palabras o acciones, perdóname.
4. Oh Señor, líbrame de toda ignorancia, de la mezquindad del alma y de la dureza del corazón.
5. Oh Señor, líbrame de toda tentación.
6. Oh Señor, ilumina mi corazón oscurecido por los deseos del maligno.
7. Oh Señor, siendo yo un ser humano, soy pecador. Siendo el Señor Dios, perdóname en Tu Amor, pues Vos sabéis que mi alma es débil.
8. Oh Señor, envía tu Gracia en mi auxilio, para que yo pueda glorificar Tu Santo Nombre.
9. Oh Señor Jesucristo, inscribe a Tu siervo en el Libro de la Vida y concédeme un fin bendecido.
10. Oh Señor mi Dios, aunque no haya hecho el bien para Ti, sin embargo concédeme, de acuerdo con Tu Gracia, que pueda comenzar a hacerlo.
11. Oh Señor, rocía mi corazón con Tu Gracia.
12. Oh Señor del Cielo y de la tierra, acuérdate de mi, Tu siervo pecador, impuro y frío de corazón, en Tu Reino.
13. Oh Señor, acepta mi arrepentimiento.
14. Oh Señor, no me abandones.
15. Oh Señor, sálvame de la tentación.
16. Oh Señor, concédeme pensamientos puros.
17. Oh Señor, concédeme las lágrimas del arrepentimiento, el recuerdo de la muerte y el sentido de la paz.
18. Oh Señor, concédeme la humildad, la caridad y la obediencia.
19. Oh Señor, concédeme la confesión de los pecados.
20. Oh Señor, concédeme la tolerancia, la magnanimidad y la dulzura.
21. Oh Señor, sitúa en mí la fuente de todas las bendiciones: el temor de Ti en mi corazón.
22. Oh Señor, concede que pueda amarte con todo mi corazón y toda mi alma, y que pueda obedecer siempre tu voluntad.
23. Oh Señor, defiéndeme de las personas y también de los demonios, de las pasiones de todos los errores.
24. Oh Señor, que Creó al todo y que sobre el todo ejerces Tu Voluntad, haz que Tu Voluntad también me tome, yo pecador, por Tu Eterna Bendición.

Amén.
[Ilustración: Icono de San Gregorio Palamás, uno de los mayores defensores del hesicasmo]


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola. Excelente publicación. Llevaba tiempo buscando cómo orar con el komboskini. Soy de rito Romano. La regla de oración de San Juan Crisóstomo era desconocida para mí. ¿Podrías decirme si se reza con las mismas jaculatorias del komboskini con las oración a Jesucristo, por favor? De nuevo, muy buena tu publicación. Gracias.