Aquí un hueco de mi blog para el poema de una buena amiga, fuente de fructíferas conversaciones sobre la oración y la meditación, de intercambios de opiniones sobre la experiencia religiosa -en el amplio sentido de las palabras- y de enriquecedoras lecturas espirituales.
Porque en parte puede tener relación con lo que algunas veces hemos hablado, he escogido el siguiente:
Porque en parte puede tener relación con lo que algunas veces hemos hablado, he escogido el siguiente:
A este desierto has de venir...
allí hablaremos en secreto...
Nos sentaremos junto al olivo
pues la higuera yace maldita...
Ya el vino está... prometido
y su amargura se espesa...
porque es el agua de la agonía...
ahora debemos beberla.
Escamparon las nubes...
el nuevo sol nos calienta...
(Alguien caminó y habló
por estas arenas...)
estas piedras son testigos...
Ellas podrán ser cómplices
de lo que ahora decimos...
y en cuanto a la profunda tierra,
ella es el lugar donde las palabras
nos cautivarán
en el absoluto
silencio.
María José Vivo: Ya no espero nada (porque lo tengo todo); Caja de Semillas, Totana-2004.
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