sábado, marzo 22, 2008

PARA LA REFLEXIÓN Y LA MEDITACIÓN (10)

"Llegó la Cuaresma, madre de la castidad". ¿Y qué período vivíamos antes? El del vagabundeo. Nuestra alma andaba errática con todo lo que seducía su mirada: caras, objetos, voluptuosidades pecaminosas. Cada uno de nosotros tiene su propia pasión que procura satisfacer. Es el momento de ponerle fin. Encuentra tu Dalila que te encarcela y te entrega a tus enemigos. Abandónala. Tendrás entonces más que Sansón: recobrarás no sólo tus cabellos -los buenos pensamientos- y tu fuerza -la de la voluntad-, sino que tus ojos también se abrirán: tu espíritu contemplará al Señor, te verás a ti mismo y a cuanto te rodea bajo la luz verdadera. ¡He aquí, llegado, el tiempo favorable! ¡He aquí el día de la salvación!

San Teófano El Recluso, Sobre la Cuaresma.

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