domingo, junio 11, 2006

LECTURAS PARA PENTECOSTÉS



En este Domingo de Pentecostés (*) introducimos algunos textos que muevan a la reflexión en torno a la "naturaleza" del Espíritu Santo, tercera Persona de la Santísima Trinidad y, así mismo, lleven a la oración.

"Llegado el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que dividiéndose se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas según el Espíritu les concedía expresarse" (Hechos, 2, 1-4)


Lectura de la profecía de Joel (Jl 2, 23-27 y 3, 1-5) -Lectura de Vísperas de Pentecostés-:

"Esto dice el Señor: ¡Hijos de Sión, alegraos en El Señor vuestro Dios! Porque él os da la lluvia de otoño, con justa medida, y hace caer para vosotros los aguaceros de otoño y primavera como antaño. Las eras se llenarán de trigo puro, de mosto y aceite virgen los lagares rebosarán.

-`Yo os compensaré de los años en que os devoraron la langosta y el pulgón, el saltón y la oruga, mi gran ejército, que contra vosotros envié´.

Comeréis en abundancia hasta hartaros, y alabaréis el nombre de El Señor vuestro Dios, que hizo con vosotros maravillas. (¡Mi pueblo no será confundido jamás!)

-`Y sabréis que en medio de Israel estoy yo, ¡yo, El Señor, vuestro Dios, y no hay otro! ¡Y mi pueblo no será confundido jamás!´.

- `Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y realizaré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego, columnas de humo´.

El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de El Señor, grande y terrible. Y sucederá que todo el que invoque el nombre de El Señor será salvo, porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá supervivencia, como ha dicho El Señor, y entre los supervivientes estarán los que llame El Señor".


Oración de la celebración de las genuflexiones para después de la Liturgia del Día de Pentecostes:

"Señor Jesucristo Dios nuestro, que has dado tu paz a los hombres, y estando siempre presente en esta vida, sigues dando el don del Espíritu Santo a los fieles, como herencia que no puede ser quitada, Tú enviaste hoy manifiestamente, esta gracia sobre tus santos discípulos y apóstoles, y abriste sus labios con lenguas de fuego. Por ellos todas las naciones hemos recibido, por medio de Él, el conocimiento de Dios en nuestras propias lenguas. Hemos sido iluminados por la luz del Espíritu, y hemos sido librados del engaño como de la oscuridad, y por la distribución de las lenguas de fuego y por su maravillosa operación, hemos aprendido a creer en ti, y hemos sido iluminados para que podamos confesarte, con el Padre y el Espíritu Santo, en una sola Divinidad y Potencia y Autoridad. Porque eres el resplandor del Padre, la imagen misma, inalterable e inmutable, de su esencia y naturaleza, la fuente de la sabiduría y de la gracia.

Ábreme a mí los labios, que soy pecador, y enséñame como conviene qué he de pedir. Pues tú conoces la multitud de mis pecados, mas tu ternura sobrepasará la su enormidad. Pues he aquí, que con temor estoy ante ti; en el mar de tu misericordia arrojo la desesperación de mi alma. Ordena mi vida, Tú que ordenas toda la creación con tu palabra, y con el inefable poder de tu sabiduría. Puerto tranquilo de los zarandeados por la tempestad, hazme saber el camino en que debo andar. Concede a mi entendimiento el Espíritu de tu sabiduría, y da el Espíritu del conocimiento a mi necedad. Haz sombra a mis hechos por el Espíritu de temor de ti, y renueva un Espíritu recto dentro de mí. Y con la guía de tu Espíritu, confirma mi alma inconstante a fin de que, siendo dirigido todos los días por tu Santo Espíritu hacia lo que me es útil, me sea concedido guardar tus mandamientos y acordarme siempre de tu gloriosa segunda venida, escrutadora de nuestras obras. No me rechaces, a no ser que sea engañado por los placeres corruptores de este mundo, mas capacítame para ansiar el gozo de los tesoros venideros. Porque has dicho, oh Señor, que todo lo que se pide en tu nombre será libremente recibido de tu Dios y Padre coeterno. Yo, pecador, en el día del descenso de tu Santo Espíritu, suplico de tu bondad, que me concedas todo lo que he pedido si es para mi salvación. Sí, oh Señor, Dador generoso de todo beneficio, porque Tú eres el que concede abundantemente todo lo que pedimos. Tú eres el que se hizo partícipe compasivo y misericordioso de nuestra carne, excepto en el pecado; y a los que doblan las rodillas ante ti, te inclinas y te haces propiciación de nuestros pecados. Concede, entonces, oh Señor, tu compasión a tu pueblo. Escúchanos desde tu cielo santo. Santifícalo por el poder de tu diestra salvadora. Cobíjanos bajo el amparo de tus alas. No desprecies las obras de tus manos. Contra ti solo pecamos, más a ti sólo te adoramos. No sabemos adorar a un dios extraño, ni extender nuestras manos a otro dios, oh Maestro. Perdónanos nuestras ofensas, y acepta nuestras plegarias dichas al doblar las rodillas; extiéndenos a todos la mano de tu auxilio, y recibe nuestra plegaria como incienso agradable, que asciende ante tu reino bendito".


Unas palabras de San Serafín de Sarov sobre el Espíritu Santo:

"La finalidad de la vida cristiana es la adquisición del Espíritu Santo... El Espíritu Santo es al mismo tiempo Dador de gracia y Don. En este sentido se le puede adquirir, llenándose de su gracia, haciendo que more en nosotros, convirtiéndonos en templos suyos. Toda virtud practicada en nombre de Cristo nos trae la gracia del Espíritu Santo. Sobre todo la oración..."


(*) Antes -en el tiempo histórico- del "pentecostés cristiano" cabe hablar del "pentecostés judío": Fiesta judía del mes de Shavuot que se celebraba cincuenta días ("pentecontas" -griego- : cincuenta) después de la Pascua. Era la fiesta de las ofrendas de las primicias de las cosechas (Dt 16, 9). Posteriormente tuvo el sentido de conmemoración de la entrega de la Ley de Moisés.

Por haber acaecido la venida a los Apóstoles del Espíritu Santo durante esta fiesta judía, es por lo que recibe la festividad cristiana igualmente este nombre de "Pentecostés" y, así mismo, por celebrarse 50 días después de la muerte y resurrección de Jesucristo (Pascua de Resurrección).

sábado, junio 10, 2006

ABECEDARIO (3)

ABAD / ABADÍA / ARCHIMANDRITA


Abadía: Edificio o grupo de edificios utilizados por una orden religiosa para el culto y como residencia. Aloja a una comunidad bajo la dirección de un abada o abadesa, que se elige para un determinado número de años o para toda la vida. Las abadías fueron centros de saber en la Edad Media.


Abad: Del griego abbas, que a su vez procede del arameo abba, "padre". Nombre con que se designaba en los tres primeros siglos del cristianismo al asceta experimentado y más anciano que guía a otros en el camino de la perfección. A partir del siglo V, el abad es la cabeza jurídica de un monasterio. También en el budismo se da la figura del abada, si bien no tan jerarquizada.


La equivalencia en el cristianismo ortodoxo sería el archimandrita -sinónimo de higumeno-, por ser éste el superior de los monasterios en la cristiandad ortodoxa (literalmente significa: "jefe del rebaño"). Actualmente es así mismo un título honorífico otorgado a un monje presbítero.

viernes, junio 09, 2006

RENUNCIA DEL PAPA BENEDICTO XVI AL TÍTULO DE "PATRIARCA DE OCCIDENTE"

DOCUMENTO
¿El abandono por Roma del concepto de "Patriarcado de Occidente" augura un mejor ejercicio de la primacía universal?
por Michael STAVROU (*)


A principios del mes de marzo último, la prensa italiana, informada por "fuentes vaticanas" autorizadas, comunicó que el Anuario Pontifical de 2006, que debía aparecer a mediados de dicho mes, no haría ya mención del quinto de los nueve títulos atribuidos hasta ahora al Papa: éste es el de "patriarca de Occidente". El Papa en lo sucesivo será simplemente presentado como "obispo de Roma, vicario de Cristo, sucesor del príncipe de los Apóstoles, sumo pontífice de la Iglesia universal, primado de Italia, arzobispo-metropólita de la provincia romana, soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano y siervo de los siervos de Dios".

Un acto de alcance ecuménico considerable

Más allá de la disminución, ciertamente simbólica, de la titulatura todavía barroca del jefe de la Iglesia romana, buen número de observadores ortodoxos no dejaron de remarcar que, de entre las nueve denominaciones de la titulación oficial del pontífice romano, dos al menos resultaban problemáticas por su carácter exclusivo, para la conciencia cristiana ortodoxa: "vicario de Cristo", título tardío introducido en el siglo XIII hasta que el Concilio Vaticano II declaró sobre el mismo que todos los obispos son vicarios de Cristo; y "soberano pontífice de la Iglesia universal", calificativo lamentable tomado como préstamo del poder imperial de la Roma pagana, que hace del obispo de Roma un monarca de la Iglesia; mientras que el apelativo "patriarca de Occidente" -el atestiguado como más antiguo después del de "obispo de Roma"- es perfectamente aceptable para el Oriente cristiano.

Para la Iglesia ortodoxa, comprometida desde hace veinticinco años con Roma en un "diálogo de verdad" con vistas a la unidad de la Iglesia, lejos de constituir un detalle anodino, el alcance ecuménico de la desaparición de este título de "patriarca de Occidente" resulta, en un primer acercamiento, relevante. Puesto que si el nuevo papa Benedicto XVI abandona este título, implica que el patriarcado del cual él es dignatario carece de existencia actual a sus ojos. ¿Este gesto no significaría pues que la jurisdicción romana no sabría limitarse al marco de la circunscripción tradicional de la Iglesia de Occidente, extendiéndose, no sólo de derecho sino también de hecho, al mundo entero en todas sus direcciones, usurpando por consiguiente el territorio canónico de los patriarcados ortodoxos? Los pastores y teólogos ortodoxos preocupados acerca de la unidad de los cristianos tendrían de qué alarmarse ante una interpretación como ésta. Puede sorprender, por otra parte, la falta de explicación para una decisión como ésta por parte de Roma, como si la reacción ortodoxa no fuera previsible. En efecto, el concepto de "patriarcado" es objeto de una suerte de amnesia en Occidente y de una hipermnesia en Oriente. No teniendo en cuenta la evolución de la Iglesia occidental, la lectura ortodoxa habitual de este acontecimiento tiene el gran riesgo de proyectar, sobre Roma, las categorías de la eclesiología ortodoxa -desde hace mucho tiempo- extrañas al Occidente.

Es verdad que el patriarcado de Roma y de Occidente ha formado parte durante bastante tiempo de la representación eclesiológica de la Iglesia entera en tiempos de los concilios ecuménicos y de los Padres, pero mucho más en Oriente que en Occidente.

La "Pentarquía"

En la Antigüedad tardía, el Papa acumulaba varias funciones: obispo de Roma, metropólita de una parte de Italia (las provincias "suburbicarias"), primado ("patriarca") de las tierras de Occidente, por último la más característica: una responsabilidad particular -"petrina" según Roma- para con la Iglesia entera ejerciendo dentro de la comunión de los obispos como el primero de entre ellos. La dificultad ha estado siempre en distinguir la tercera y la cuarta función del obispo de Roma, una confunsión práctica proviniente de los límites imprecisos del territorio donde se ejercía la jurisdicción patriarcal del Papa. En definitiva, este límite móvil estaba en los territorios de otras iglesias autocéfalas; por razones históricas, todas las Iglesias autónomas de Occidente (Lyon, Arles, Toledo, Milán, etc.) serán poco a poco insertas en el territorio canónico de la sola Iglesia romana mientras que, durante los siglos IV al V, se afirmarán en el Oriente cuatro ciudades del Imperio Romano reconocidas por su peso político y su testimonio apostólico. De este modo, en el IVº Concilio Ecuménico (Calcedonia, 451), la comunión de las Iglesias se concentra en torno a cinco centros principales que, en un orden de precedencia, eran Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalem.

El Concilio Quinisexto (692) precisa que "la sede de Constantinopla debe gozar de las mismas prerrogativas que las de la antigua Roma y ser elevada a la misma dignidad que ésta en los asuntos eclesiásticos, puesto que ocupa la segunda plaza después de ésta. La sede de Alejandría debe situarse después de ella, seguida de la de Antioquía y, por último, la de Jerusalem" (Canon 36). La organización pentárquica ("cinco autoridades") emana de la eclesiología eucarística, por consiguiente territorial, que establece la catolicidad de cada Iglesia local, y debe su realización al emperador Justiniano (siglo V) que había restaurado la integridad del Imperio Romano, tras la reconquista del Occidente caido en las manos de los bárbaros. Bajo esta perspectiva, la Iglesia no es vista como un conjunto monolítico y uniforme sino como una comunión de Iglesias, en tanto que la Iglesia es católica: la catolicidad está comprendida no como una simple universalidad geográfica sino como la unidad dentro de la diversidad, "el vínculo que une la Iglesia a Dios que se le revela como Trinidad" (Vladimir Lossky). La sede de Roma se muestra así como el primero de los patriarcados, todos iguales en dignidad, sin que su solicitud universal sea directamente abordada por los concilios.

"Roma no ha tenido nunca verdadera conciencia de constituir un patriarcado"

En verdad, lo quiera o no, Roma no ha tenido nunca verdadera conciencia de constituir un patriarcado, en el sentido que este término tiene en el marco del sistema pentárquico. Los cánones del concilio de Sárdica (343) estableciendo Roma como instancia de casación fueron invocados tanto por Oriente como por Occidente (como lo testimonia el conflicto entre Hincmar de Reims y el Papa Nicolás Iº en el siglo noveno). Un derecho patriarcal como tal jamás se desarrolló en Roma mientras crecían las aspiraciones del obispo de Roma a una jurisdicción universal. El esfuerzo del Papa Nicolás Iº -frente a las carencias del mundo carolingio en declive- por subordinar a la sede romana a todos los obispos apoyándose en las Falsas Decretales, luego del Papa Gregorio VIIº (siglo XI) para afirmar, por medio de sus dictatus papae, la supremacía del pontífice romano en el plano del poder temporal constituyeron dos momentos históricos decisivos que vaciaban de toda realidad el concepto de patriarcado de Occidente.

"El `patriarcado de Occidente´ no tiene ya ninguna significación"

Pero el debate había reaparecido indirectamente, cuando la carta Comunionis notio (1992), enviada a los obispos por la Congregación romana para la Doctrina de la Fe, sostuvo la tesis que la Iglesia universal (sobre la cual el Papa ejerce la supremacía) tiene una prioridad ontológica sobre todas las Iglesias particulares, provocando numerosas reacciones en el seno de la Iglesia católica. ¿Si el título de "patriarca de Occidente" es estimado obsoleto por los miembros de la curia, no sería preciso preservar el de "patriarca de Roma", para subrayar junto a los ortodoxos que, del mismo modo que confiesa que subsiste en ella la Una sancta (Vaticano II), la Iglesia romana reconoce a los patriarcados ortodoxos como Iglesias hermanas y no como Iglesias hijas? Las apelaciones recíprocas de Iglesias hermanas entre Roma y Constantinopla hace cuarenta años cuando los encuentros entre Pablo VI y Athenágoras se derivan de una eclesiología y no de una fraseología sentimental o diplomática. Indirectamente, es la significación misma de la primacía sobre la Iglesia universal lo que se encuentra aquí comprometido.

Con los siglos de separación entre la Iglesia romana y el Oriente cristiano, la Contrarreforma, la misión en todos los continentes, las derrotas repetidas por el conciliarismo occidental y la centralización creciente del papado en los siglos XIX y XX, la eclesiología católica romana ha llegado a un punto de desarrollo donde el "patriarcado de Occidente" no tiene ya ninguna significación para los fieles católicos. Dos tercios de entre ellos, no son europeos. Puede comprenderse la decisión de abolir esta esta realidad virtual como un reconocimiento del carácter en lo sucesivo mundial de la geografía católica.

"La comunión y no la jurisdicción"

Con mayor profundidad, el Papa Benedicto XVI podría, mediante este gesto, querer desligar su primacía moral universal de toda jurisdicción patriarcal, tanto dentro de la administración cotidiana de la Iglesia católica como en el seno del diálogo con la Ortodoxia. Hace treinta y cinco años, el profesor Joseph Ratzinger constataba con lucidez: "Es una tragedia que Roma no haya llegado a separar la impronta apostólica de la idea patriarcal, de tal modo que presentó al Oriente una reivindicación que, bajo esta forma, no podía ser admitida [...] La tarea a considerar sería distinguir de nuevo, netamente, entre la función propiamente dicha del sucesor de Pedro y la función patriarcal; en el caso de la necesidad de crear nuevos patriarcados `autónomos´ (**) de la Iglesia latina" (Le Nouveau peuple de Dieu, París, 1971, p. 56-68) .

Si la supresión del título de patriarca de Occidente tiene como objetivo, conforme a este enfoque, facilitar tanto el ejercicio de una primacía no omnipotente como la creación de nuevos patriarcados en el seno mismo de la Iglesia romana, la Iglesia ortodoxa no tendría otra opción que felicitarse por este paso. ¿El Papa podrá de nuevo, como en la Iglesia antigua, ejercer su primacía universal sin nombrar sistemáticamente a los obispos orientales ni incluso los obispos occidentales, ya que parece querer librarse de su jurisdicción patriarcal sobre Occidente? El futuro nos dirá si esta orientanción es la correcta.

Frente a la perspectiva de un retorno a la unidad con la Iglesia ortodoxa, el Papa Juan Pablo II había recientemente dado a entender que él deseaba "la comunión y no la jurisdicción". Del mismo modo el profesor Joseph Ratzinger ha escrito: "Roma no puede exigir del Oriente en lo que concierne a la primacía, más que aquello que fue formulado y vivido durante el primer milenio" (Les Principes de la théologie catholique, 1982). Estas atrayentes declaraciones deberán no sólo oficializarse sino también acompañarse de una nueva hermenéutica del concilio Vaticano I, que presente una visión del ministerio pontifical aceptable para la conciencia ortodoxa, en consonancia con la naturaleza conciliar de la Iglesia. Por consiguiente, la catolicidad de la Iglesia se traduce a partir de los primados y de un conciliarismo global a todos los niveles. En el plano universal, como recordaba Jean Meyendorff hace treinta años, "sin un ministerio de coordinación, [...] la conciliaridad es imposible". Si Roma volviera a ser para todos la Iglesia que "preside en el amor" (San Ignacio de Antioquía) al servicio de la comunión de las Iglesias, su obispo podría de nuevo ver reconocido, a los ojos de todos, su bello título de "siervo de los siervos de Dios" (***).

(*) Artículo traducido -y aparecido en el SOP- de Michael Stavrou: Diplomado de la Escuela Central de Lyon y del Instuto de Teología Ortodoxa de París (San Sergio), donde actualmente enseña. Igualmente ejerce las funciones de cosecretario del Comité mixto de diálogo teológico católico-ortodoxo en Francia y de director adjunto del Instituto superior de estudios ecuménicos, en París. Está casado y es padre de un niño. En diciembre de 2004, defendió una tesis doctoral en la Sorbona sobre "La doctrina trinitaria de Nicéforo Blemmidas".
(**) He preferido "autónomos" por "sueltos" o "separados".
(***) Todos los trozos de texto entrecomillados y en cursiva son de la redacción del SOP.

ASAMBLEA PLENARIA DEL EPISCOPADO SERBIO

El Sínodo del Episcopado de la Iglesia ortodoxa serbia se desarrolló, desde el día 15 al 27 de mayo pasado, en Belgrado, bajo la presidencia de su primado, el Patriarca Pavle Iº. La reunión de los obispos de las diócesis de la Ex-Yugoslavia, como del extranjero, participaron en esta sesión dedicada esencialmente a la evolución de la situación eclesial en la Antigua República Yugoslava de Macedonia y el desenvolvimiento de la situación en Kosovo-Metohija. Durante esta asamblea, concretamente el 24 de mayo, el Patriarca y los obispos se dirigieron, protegidos por un contingente italiano de la KFOR, al Monasterio Patriarcal de Pec, en el sudoeste de Kosovo-Metohija, donde celebraron una solemne liturgia eucarística, con ocasión de la fiesta de los santos evangelizadores eslavos, Cirilo y Metodio. Este desplazamiento a "el antiguo monasterio patriarcal, donde reside el centro espiritual de la ortodoxia serbia" -indica un comunicado de la asamblea episcopal-, tenía por objetivo dar testimonio "de la inquietud de la Iglesia por el pueblo de los fieles ortodoxos y por los santuarios que se encuentran en Kosovo-Metohija".

Al final de sus trabajos, la asamblea procedió a la creación de una nueva diócesis en Serbia y a la elección de dos nuevos obispos. Se decidió la división de la diócesis de Sabac-Valjevo en dos distintas, la de Sabac, que continuará bajo la dirección del obispo Lavrenti, y la de Valjevo, que fue confiada al obispo Milutin, que dirigía desde hace tres años la diócesis de Australia. El obispo Maxim, auxiliar de la diócesis de Sarajevo, fue nombrado para la diócesis -hasta el presente vacante- de la Costa Oeste de los Estados Unidos. El padre Irinei (Dobrijevic) responsable del departamento de relaciones exteriores de la Iglesia serbia, fue elegido obispo de la diócesis de Australia, mientras que el padre Antoni (Pantelic), que representa a la Iglesia serbia ante el Patriarcado de Moscú, se convierte en auxiliar del Patriarca, conservando sus funciones en Moscú.

[Fuente: SOP]

Hoy (10/06), a través de una información recibida en mi correo e-mail, tengo conocimiento de otros temas y asuntos abordados en el Sínodo, así como la concreción de algunos que sólo se han citado en la noticia del SOP:

  • Después del análisis pormenorizado de la situación de la Eparquía de Rashka y Prizren ("la Eparquía Martir"), en Kosovo-Metohija, cuya supervivencia está en peligro -junto a la cultura, la fe y el patrimonio histórico de la población serbia- dada las difíciles y complicadas circunstancias por las que atraviesa esta provincia serbia, se adoptó la decisión (23/05) de enviar una delegación de tres miembros del Patriarcado a Viena para que formen parte de las negociaciones sobre el futuro de Kosovo-Metohija.
  • Se solicitó de nuevo que se establezcan las garantías necesarias que permitan el regreso de los refugiados serbios expulsados de la provincia, así como su protección y la reconstrucción de las iglesias y monasterios devastados desde el año 1999 hasta la actualidad -especialmente en el año 2004-. Al final, se encareció a los fieles que "amen no sólo a aquellos que nos aman, sino también a aquellos que nos odian; que perdonen y pidan perdón..."
  • Se creó una comisión para recabar toda la información pertinente relativa a los sufrimientos del pueblo serbio durante el periodo de 1991 a 1995 en Bosnia-Herzegovina.
  • Se expresó el deseo de seguir el diálogo con la jerarquía ortodoxa de la República de Macedonia para superar la situación actual de separación (cisma) y, especialmente, el caso de represión ejercido en la persona y dignidad eclesial del obispo -y preso de conciencia- Jovan (Zoran Vranishkovski).
  • Se abordó de modo positivo la recuperación de la unidad eucarística entre la Iglesia ortodoxa rusa fuera de las fronteras (ROCOR) y el Patriarcado de Moscú (IOR), tras largas décadas de desencuentro; problemática en la que la Iglesia ortodoxa serbia ha contribuido a su solución en la medida de sus posibilidades.
  • Otros temas: construcción de la Catedral de San Sava en Belgrado, celebración de los 800 años del monasterio de Zitcha, Seminario de Nish, reconstrucción del monasterio de Hilandar, en la península monástica de Athos... así como las nuevas leyes sobre educación y otros asuntos relativos a las propiedades de la Iglesia.

PRIMERA PARROQUIA ORTODOXA EN LA REGIÓN MURCIANA

Desde hace escasos meses -septiembre de 2006- la Región de Murcia cuenta con su primera parroquia para atender a los fieles cristianos ortodoxos: Nuestra Señora Estrella, situada en el barrio de la capital murciana de Santiago El Mayor (C./ Pio XII, 1 - Centro Parroquial).

Dicha parroquia es filial de la que se encuentra en el Pilar de la Horadada (Capilla Torre de la Horadada en C./ Salar) -localidad limítrofe de la provincia de Alicante-, bajo la advocación de la Exaltación de la Santa Cruz.

Ambas dependencias parroquiales están bajo la rectoría del Padre Ovidiu Hordoan y, a su vez, dependen de la Metropolía Ortodoxa Rumana de Europa Occidental y Meridional, bajo la dirección espiritual y administrativa del Arzobispo Iosif (Pop), con sede en París.

La situación geográfica de ambos centros parroquiales vendría a cubrir adecuadamente la asistencia pastoral de los fieles ortodoxos de esta región, cuya presencia se concentra en las localidades en torno a Murcia capital y la costa. Según datos del Padrón de 2005, podemos inferir que el número de cristianos ortodoxos en la Región de Murcia estaría en torno a los 10.000 -un 0´75% de la población total-, siendo significativo, por nacionalidades y por este orden, los fieles de procedencia ucraniana, rumana, búlgara y rusa.

El Padre Ovidiu celebra la Divina Liturgia alternativamente en Murcia y en el Pilar de la Horadada. Para ponerse en contacto con él, son sus señas de referencia las siguientes:

- Teléfono móvil: 600.282.544
- Dirección de Correo E-mail: hordoan_ovidiu@yahoo.es
- Correo Postal: C./ Júpiter, 13. Sc. 9b, Ap. 1 - San Pedro del Pinatar (Murcia)

[Fuente: http://www.mitropolia-paris.ro/?subject=parohii/index&Espagne ]

Hasta la constitución canónica de esta parroquia, la iglesia ortodoxa más próxima a Murcia estaba en Alicante capital: la parroquia de los Santos Andrés y Nicolás, bajo la rectoría del Padre Nicolás (Vera), de la Iglesia ortodoxa española, bajo la protección del Patriarcado de Serbia y pertenciente a su diócesis de Europa Occidental. Otras parroquias cercanas se hayan en Altea, de la Iglesia ortodoxa rusa, y en Roquetas, también de la Iglesia ortodoxa rumana, como la recién establecida en Murcia.

Mis mejores deseos para la labor pastoral del Padre Ovidiu en tierras murcianas: vayan mis oraciones encaminadas a pedir a Nuestro Señor Jesucristo y a su Toda Santa Madre que lo guien y acompañen, junto a la necesaria protección de todos los miembros de la nueva comunidad eclesial que está a su cargo.


ASESTEMUR

Por lo demás, apunto un dato más que, aún no teniendo una relación estrechamente directa con la información principal, puede resultar de interés y de utilidad a muchas personas: desde el año 2003 en la Región de Murcia desarrolla su labor ASESTEMUR, una asociación de ayuda a los ciudadanos procedentes de países del Este Europeo, cuya presidenta es Luminita Pigüi, y que -tal como se refiere en el enlace siguiente- viene contribuyendo con diversas acciones y actividades a la integración de estas personas en nuestro país, así como a transmitir, desde la colaboración con otras asociaciones e instituciones regionales, parte de la cultura que les es común.

Entrevista a Luminita Pigüi, Presidenta de ASESTEMUR, en el diario "La Verdad".

Contacto: Asociación Ayuda Inmigrantes Europa del Este – ASESTEMUR - presidenta, Luminiţa Pigüi Neagoe (Avda. Rector José Loustau n.10 bajo, Edificio Mural – MURCIA,
tel. 626 75 38 57 y 968 23 07 56)